"No me importa cuánto sepas, hasta que sepa cuánto te importo."
Steven Covey

Una conversación se hace difícil cuando nos sentimos amenazados, respondiendo a la defensiva y en ocasiones con arrogancia amenazados por el juicio que tenemos de perder y darnos cuenta que podemos estar equivocados.
Muchas veces esto puede tender a dañar la relación, por lo tanto; para evitar la conflictividad suprimimos nuestros pensamientos y sentimientos. Tratamos de mostrarnos “agradables y constructivos”, aunque sintamos que no estamos siendo honestos y sin expresar nuestra verdad, no podremos resolver el problema, y la relación se deteriorara.
Las conversaciones difíciles se superan teniendo la humildad para explorar el razonamiento de la otra persona, entendiendo por qué está pensando lo que está pensando, expresando lo que pensamos con apertura y transparencia para ayudar a la otra persona a entender nuestra postura, y explicando nuestro razonamiento, despojado de todo tipo de posición de arrogancia, buscando co-crear soluciones mutuamente beneficiosas resultando en conversaciones inteligentes de las cuales el equipo podrá aprender y sin duda crecer.
A continuación comparto contigo algunas claves para resolver una conversación difícil:

1. Escuchar para Entender
La primera clave para resolver una conversación difícil es escuchar para entender e integrar la información con la que aportan las partes.
Un conflicto se resuelve haciendo silencio y controlando tu impulso a discutir. Escuchar, y escuchar de verdad con la firme voluntad e intención de entender al otro y validando con el otro lo que estás escuchando; ¿lo que entendí es realmente lo que me quieres decir?
Estos son los 7 pasos de una escucha consciente:
0. Escucha con curiosidad, vaciando el ruido mental de prejuicios e interpretaciones.
1. Concéntrate, míralo con atención a los ojos sin generar invasión ni intimidación.
2. Quédate callado, deja que termine y no interrumpas.
3. Alienta para que la contraparte sienta la confianza de seguir expresando su verdad. Parafrasea.
4. Resume, repite su punto esencial
5. Verifica, asegúrate haber entendido lo que dijo y permite que te corrija de ser el caso.
6. Valida, reconoce su posición una vez que la entiendas.
7. Indaga. Pregúntale qué espera de ti.
2. Expresar tu verdad con Honestidad y Respeto
El secreto de la eficacia es estar juntos en lo correcto, no ganar o convencer a la otra parte. Para ello se necesita:
Intercambiar ideas para construir un punto de vista compartido.
Entender las necesidades profundas de cada uno.
Planear en conjunto como podrían satisfacerse las necesidades de ambos.
Comprometerse a acciones específicas para implementar el plan.
Cumplir los compromisos.
Al expresarnos productivamente ayudamos al otro a entender nuestro sentir y razonamiento. Entender qué es importante para cada uno, entender ¿por qué estás pensando lo que estás pensando? y establecer qué te gustaría que ambos hagan al respecto.
3. Indagar con el corazón
La expresión productiva y la indagación van de la mano. “Cuando indagamos acerca de mis ideas, me ayudas a expresarme. Al expresar tus ideas, respondes a mis preguntas.”
No importa cuán hábil seas para expresar tu punto de vista, si tu contraparte no está de acuerdo podría oponerse de manera inmediata. iniciando un conflicto en el que ambos endurecerán sus posiciones. En el mejor de los casos ello disminuirá el aprendizaje mutuo; en el peor de los casos, producirá un estancamiento.
Para anticipar y evitar el conflicto puedes invitar a tu contraparte a indagar tu manera de pensar o que pueda expresar su oposición ante tu forma de pensar de manera constructiva, logrando así disminuir la oposición. Mostrar que el hecho que el otro no esté de acuerdo contigo no significa que esté luchando en contra tuya, sino que ambos están integrando sus diversos puntos de vista, para resolver los problemas juntos.
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